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Hoy te comparto la segunda parte del tema sobre las heridas emocionales y la importancia de reconocerlas. Todos tenemos heridas emocionales por eso es importante atenderlas, integrarlas y sanarlas para evolucionar.

Una herida emocional es algo muy íntimo porque se origina de situaciones traumáticas o conflictivas que dejan una marca emocional causada por una pérdida de un ser querido, abuso físico o emocional, un divorcio, infidelidad, entre otros.Lo cierto es que cualquiera que sea su causa está ligada al dolor y amenaza nuestra seguridad emocional. A esto hay que sumarle que el procesamiento de las emociones es complejo e involucra diferentes áreas del cerebro. La forma cómo tu cerebro procese y responda a las emociones estará influenciada por factores como la genética, la experiencia previa y el contexto en el que se produce la emoción.

Gracias alaneurociencia se sabe que una de las regiones clave en procesar las emociones es la amígdala; esa estructura pequeña en forma de almendra que se encuentra en la parte medial del lóbulo temporal. Ella es responsable de procesar las emociones básicas, como el miedo y la ira, y de enviar señales al resto del cerebro para prepararnos para la acción.

Cuando se experimenta una herida emocional, es decir, cuando percibes una amenaza o algo que te produce miedo, tu cerebro y cuerpo reaccionan de una manera específica, ahí es cuando se activa la amígdala y envía señales al hipotálamo, lo que desencadena una serie de respuestas fisiológicas como la liberación de hormonas del estrés y la preparación del cuerpo para la huida o el ataque.

Entonces si estas heridas emocionales no se abordan adecuadamente el cerebro queda atrapado en un ciclo de estrés y ansiedad que afecta tu capacidad para regular las emociones y el sistema nervioso autónomo.

Otra zona importante es la corteza prefrontal, es la que regula y controla nuestras emociones, permitiéndonos tomar decisiones conscientes y racionales. Al activarse la amígdala se activa la corteza prefrontal puede intervenir para evaluar la situación y determinar la mejor forma de responder.

En todo esto también está presente la ínsula y el hipocampo. La primera ubicada en la parte interna del lóbulo temporal, está relacionada con la percepción y experiencia de las emociones corporales como el dolor y la sensación de hambre o saciedad. Por su parte el hipocampo, la estructura en forma de caballito de mar, que se encuentra en el lóbulo temporal está relacionada en la formación de la memoria emocional.

Una vez comprendes todo lo que está relacionado con una emoción, es importante estar consciente de cómo te sientes ante los diferentes estímulos externos o internos (recuerdos, memorias, etc.) y seas capaz de entender cuándo se activa esta respuesta para dar paso a la toma de decisiones y no reaccionar impulsivamente desde la respuesta de alerta de pelear o huir.

Neurociencia, Gestalt y Bioneuro-psicoterapia para sanar heridas emocionales

La terapia Gestalt define las heridas emocionales como experiencias dolorosas del pasado que han dejado una huella emocional en nuestra mente y cuerpo. En esta corriente humanista se entiende que estas huellas emocionales pueden afectar nuestra capacidad para vivir plenamente en el momento presente e impedirnos desarrollar relaciones saludables y significativas.

Al trabajar con la huella emocional, la terapia Gestalt nos permite experimentar una mayor libertad emocional y una mayor conexión con nosotros mismos y con los demás. Esta terapia es una opción terapéutica porque se centra en el “aquí y ahora”, te ayuda a darte cuenta de tu momento presente y a tomar consciencia de tus emociones y comportamientos.

La neurociencia muestra cómo estas heridas se forman y afectan a nuestro cerebro y cuerpo, por su parte la terapia Gestalt ayuda a identificarlas y sanarlas, y la bioneuro-psicoterapia brinda un abordaje integral que ofrece resultados eficaces para transformarlas y evolucionar.

La bioneuro-psicoterapia presenta un enfoque integral para sanar heridas emocionales no solo porque tiene sus bases en la psicoterapia Gestalt sino porque es capaz de integrar en el momento presenteel cuerpo, la mente y las emociones.

Ahora quiero dejarte algunas técnicas que puedes utilizar para sanar tus heridas emocionales:

  1. Bioneuro- psicoterapia: la terapia es una opción efectiva para sanar heridas emocionales. Al centrarte en el “aquí y ahora”, pueden estar presente y tomar conciencia de tus emociones y comportamientos.
  2. Mindfulness:también conocida como la práctica de atención plena puede ayudarte a conectar con el momento presente y observar tus emociones sin juzgarlas. Al practicar la atención plena, aprendes a aceptar tus emociones y liberar aquellas atrapadas en esa herida emocional.
  3. Meditación con tapping: es un estilo de meditación que integra la digitopuntura china con la psicología moderna, y ayuda a regular el sistema autónomo y reformular el diálogo interno, lo que hace que baje la ansiedad y disminuya la respuesta de alerta.
  4. Escritura terapéutica: escribir sobre tus experiencias emocionales puede ser una técnica efectiva para procesar y sanar las heridas emocionales. Al escribir exploras de una manera segura, controlada y muy íntima tu herida, comprenderla mejor y liberar las emociones atrapadas en ella.
  5. Terapia de exposición: implica enfrentar gradualmente y de manera controlada los desencadenantes emocionales que nos recuerdan la experiencia dolorosa del pasado. Al exponernos a estos desencadenantes emocionales de manera segura y controlada, podemos aprender a enfrentar nuestras emociones de manera saludable y a liberar las emociones atrapadas en nuestras heridas emocionales.

Es importante recordarte que cada persona es única y lo que funciona para alguien tal vez no funcione para otra; por lo tanto, es recomendable trabajar con un profesional de la salud mental para determinar qué técnicas son las más adecuadas para ti.

Cómo las heridas emocionales pueden afectar emocionalmente a las personas:

  • Sentimientos de tristeza, rabia, miedo, ansiedad, depresión.
    • Dificultad para establecer relaciones saludables.
    • Baja autoestima.
    • Mentalidad de carencia
    • Actitud de víctima

Recomendaciones para sanar las heridas emocionales:

  • Buscar ayuda terapéutica.
    • Practicar la autocompasión.
    • Revisar tus hábitos de vida
    • Reconocer tu relación con la comida
    • Identifica tus pensamientos (cómo te hablas)
    • Reconocer y expresar tus emociones.

Recuerda, no hay camino rápido, ni milagroso, pero sí existe una forma más consciente de relacionarnos y despertar juntos para reconocer cuándo y cómo se formaron tus heridas emocionales y darte cuenta de qué patrón de conducta de defensa crea tu cerebro.

Con cariño,

Anaté